Las expectativas de que la Fed no hará una pausa han ido en aumento recientemente. Las cifras macroeconómicas dan un panorama complicado en la economía estadounidense, que podría ocasionar reacciones desmedidas en el mercado ante ciertas cifras. En la actual situación inflacionaria, las ventas minoristas podrían ser una de esas cifras.
El viernes pasado, la encuesta de sentimiento del consumidor hecha por la Universidad de Michigan dió una sorpresa a la baja. Seguía en expansión, pero bajó considerablemente desde el mes anterior, y los analistas habían vaticinado un alza. Ayer se dió a conocer el informe Empire de manufactura, siendo la mayor baja desde que hay registro (excluyendo covid). Las empresas norteamericanas reportaron una baja precipitada en nuevas compras, sugiriendo que hay debilidad en la economía.
Lo que podría empujar al mercado
Los mercados perdieron su apetito por el riesgo luego de los datos de la Universidad de Michigan. Los consumidores son el motor de la economía estadounidense, y la clave de la inflación. Con tanta especulación respecto a una pendiente recesión este año, todos andan a la mira por la primera señal. Que los consumidores dejen de comprar, particularmente en verano, podría ser una de esas señales.
Los analistas son optimistas en cuanto a las ventas minoristas de abril, pronosticando un alza de 0,7% comparado con una baja de -0,6% en marzo. Pero ese cambio podría ser más bien técnico, ya que al excluir vehículos y combustibles, las ventas minoristas están previstas a subir en 0,2% comparado con -0,3% en marzo. Un alza en el precio del crudo luego de la reducción voluntaria en la producción de países claves de la OPEP+ llevó a un alza en el precio al por menor, y así la proyección en las ventas minoristas.
¿Qué significa para la Fed?
Dada el optimismo de los analistas, hay más espacio para una decepción. Un indicador de ello es que la encuesta de gasto con tarjetas de débito y crédito compilado por el Instituto del Bank of America mostró una baja de 1,2% en el gasto para ese mes. Típicamente, abril experimenta un alza en las ventas luego de que muchas personas reciben sus devoluciones de impuestos.
Recientemente, hay más traders quienes piensan que la Fed no hará una pausa en su próxima reunión. Sigue siendo una minoría (un poco más de 20%) que piensan que habrá un alza de 25 puntos base, pero va subiendo lentamente. Si las ventas minoristas superan las expectativas, indicaría que sigue habiendo apetito entre los consumidores lo que podría seguir empujando a la inflación. Eso podría acelerar la cantidad de traders apostando por una nueva alza, apoyando al dólar.
Los pies en la tierra
Si no se cumplen las expectativas podría afectar la los mercados, dependiendo por cuánto es. Si es por un monto menor, podría pesar sobre el dólar cuando vuelven las expectativas de una pausa. Si es por un monto mayor, podría pesar sobre el apetito por el riesgo, porque los inversionistas podrían pensar que es la primera señal de una recesión. Contra intuitivamente, podría elevar al dólar si los inversionistas buscan refugio.
