El tema del protocolo de Irlanda del Norte estaba de vuelta a principios de año para complicar la relación entre Londres y Bruselas. Pero, el fin de semana pasado, el representante de la UE Sefcovic hizo una propuesta sin bombos ni platillos que podría poner punto final al conflicto. Eso podría mejorar la situación para el GBPEUR, y potencialmente adelantar un acuerdo comercial entre Inglaterra y EEUU.
¿Qué cambió?
Cuando Liz Truss salió al frente entre los posibles reemplazantes del antiguo primer ministro Jonson, había temores por la relación con la UE. Cuando Truss fue ministra de relaciones exteriores, tomó una postura dura en cuanto a Irlanda del Norte, amenazando con aplicar el art 16 del tratado de Brexit. Eso permitiría la suspensión unilateral de partes del acuerdo, potencialmente escalando un conflicto entre las dos economías.
Sin embargo, ahora que Truss es Primera Ministra, ya no se discute el tema. Desde luego, la UE y Gran Bretaña se enfrentan a una crisis energética sin precedentes, y necesitan buenas reclamaciones. Pero hay otro tema: Política.
Dando buenas luces a la solución
El problema es que el acuerdo del Brexit efectivamente crea una frontera aduanera entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido. Eso para prevenir que se crea esa frontera entre Irlanda del Norte e Irlanda, lo que sería una violación del Acuerdo de Viernes Santo. La UE no quería que hubiera una “frontera abierta” con el Reino Unido, permitiendo el ingreso de bienes a la economía compartida.
Al hacerse efectivo el Brexit, la UE fue drástica en hacer cumplir las reglas aduaneras (hasta el punto de confiscar alimentos personales de conductores de camiones). Eso hizo que el transporte de carga entre Gran Bretaña e Irlanda del Norte sufriera retrasos.
La posible solución
Además de problemas logísticos por el covid, esto llegó a ocasionar hasta estantes vacíos en los supermercados norirlandeses. Naturalmente había mucho descontento, hasta el punto que dimitió el gobierno local.
La propuesta de Sefcovic sería reducir notoriamente la cantidad de fiscalización a la carga que se hace en el mar de Irlanda hasta “unos camiones por día”. Técnicamente satisfaría la exigencia de la UE de que haya una barrera aduanera, pero no sería tanto que haga atochamientos que impidan el comercio.
Desde luego cada lado puede tomar esta situación como que hayan logrado concesiones del otro. La dificultad política es que ningún lado puede aparecer como cediendo ante el otro. Así, que se logre una solución por una vía administrativa y sin grandes anuncios, podría ser el paso necesario para poner atrás este problema.
