Los líderes de la UE otra vez viajan a Bruselas para una cumbre, pero esta vez sólo los de la Zona Euro. Es la sesión formal, bi-anual, que es diferente a la Cumbre UE que se celebró a principios de mes. Esta sesión es significativa por varias razones, en particular en lo relacionado a Brexit.
El Reino Unido se auto-impuso una fecha límite para llegar a un acuerdo de salida antes de esta cumbre, que comienza el 15 de octubre.
La razón ostentada es que un acuerdo requerirá del voto de los líderes europeos, y la Cumbre sería la fecha para ello. Desde luego, como hemos visto, la UE se complacen en celebrar cumbres extraordinarias con frecuencia.
Las contra posturas
La UE, por su parte, está contenta a esperar a fin de año para llegar a un acuerdo. El 31 de diciembre es cuando vence el actual período de negociaciones, y ambas partes se han comprometido a no extenderlo. Pero eso fue lo que dijeron antes de extenderlo la vez pasada.
El RU argumenta que estarían conformes con un tratado de libre comercio al estilo como el que tiene la UE con Australia. Técnicamente podrían hacer esto en cualquier momento, al simplemente solicitarlo. Pero no es de interés para ninguna de las partes. Entonces…
Qué estamos esperando
Virtualmente nadie cree que Gran Bretaña pondrá término a las negociaciones y efectuaría el Brexit el 15 de octubre. De la misma forma, tampoco se visualiza un gran acuerdo durante la cumbre. Sin embargo, es bastante probable que se anuncie algún tipo de avance, de preferencia en algún tema técnico, para que los negociadores puedan decir que lograron algo.
Los analistas han especulado por tiempo ya que se van a esperar hasta último momento para el acuerdo. Básicamente permite que ambas partes ostentan que quieren negociar, mientras apalancan la fecha límite a su favor.
Lo que no estamos esperando
Un número muy reducido de analistas, por otra parte, postulan que podría haber un líder clave de Europa quien se entrometa para anunciar un acuerdo y ganar réditos. Muchos están de acuerdo en que se anunciará algo precisamente para justificar la continuación de las negociaciones.
En sus más recientes comentarios: Barnier, por el lado Europeo, dijo que las conversaciones eran lentas, y no veía que llegarían a puerto pronto.
Por el lado inglés, Davies dijo que las conversaciones eran útiles, seguía comprometido con llegar a un acuerdo, pero aún habían diferencias importantes.
Ambos siguen acusando al otro de tratar de esperar al último minuto.
Hay peces de por medio
El punto de la discordia sigue siendo sobre los derechos de pesca, a pesar de que las noticias sobre otros temas.
Principalmente el desacuerdo es entre Inglaterra y Francia en particular, y es por ello que algunos analistas creen que podría ser Macron quien intervenga para lograr anunciar un avance significativo para lograr un acuerdo.
